domingo, 21 de septiembre de 2008

Viajar... 10ª parte, Egipto

Y otro viaje, en este caso, hemos salido de Europa, para adentrarnos en el mundo árabe. El mundo islámico, el cristianismo Kopto u Ortodoxo, el misterio de Egipto, el contraste de su historia, con su actual pobreza.

El antiguo Egipto, el Egipto Griego y el Romano.

Salimos de Madrid a las 14.35 y 5 horas después llegamos a Asuan, noche cerrada, luna brillante y en pleno Ramadam.

Hay mucho que contar, tanto que no sabría por donde empezar, por lo tanto, intentaré hacer un resumen, lo más sugerente posible.

Compañeros de viaje en pleno desierto.

Subimos desde Asuan, al sur de Egipto, casi en la frontera con Sudan, el calor y la pobreza allí son extremos, nuestro pequeño crucero empezó así, con un trato que fue excelente, y desde el principio con pocas horas de sueño. Llegamos a las 11 de la noche, y a las 02.30 partíamos hacia Abu Simbel, fletados por comboys del ejército.

Esta imagen es de la salida del sol, desde el bus que nos llevó a Abu Simbel.

El primer impacto visual vino de la mano de la salida del sol. Expectacular visión desde el bus, a las 5 de la mañana. Posteriormente, el templo de Ramses II, seguido de el de su mujer faborita: Nefertari.

Abu Simbel, el templo de Ramses II, primera imagen al bajar la rampa hacia el lago Naser.

El templo de Nefertari, la mujer predilecta de Ramses II.

Los tres días de crucero, fueron a tropel, madrugón y no parar, pero merece la pena, para poder ver lo máximo.

Una vista de la gran presa de Asuan, que aunque no hace justicia en su magnitud, refleja una parte.

Aquí tenemos a unos simpáticos compañeros de navegación, cuando nos dirigíamos al templo de Philae, mientras pescaban.

Al estar el templo en una isla, el traslado se hace en una barquita, algo mayor que las falucas, fundamentalmente turística.

El templo de Philae, visto desde la barca que nos trasladó. Con sus altos y bajos relieves, algunos estropeados, por la invasión cristiana, otros, por los incendios, y otros perfectamente conservados al estar durante siglos, cubiertos por la arena.

...El combustible que no falte.

Expectacular crepúsculo, desde la motonabe, de camino a Luxor, para poder visitar, su templo, el valle de los reyes, Colosos de Nemon, Karnak.

Los pequeños de Kom Ombo (como un horno), vendiendo collares de sándalo y coco, pulseras y cualquier cosa a su alcance, esta imagen demuestra la pobreza del pais, sobre todo como ya mencioné la zona sur.

El templo de Kom Ombo, una de las partes.

Las calesas, para turistas que te llevan al templo de Edfu, este pueblo, es especialmente pícaro, por llamarlo de alguna manera, la razón por la que te trasladan de la motonave al templo en calesa, es porque los lugareños se te echan literalmente encima, y te obligan a comprarles algo, siendo especialmente liantes, más que en el resto de puntos de Egipto. Sufrimos un amago de engaño, pero no les resultó... es penoso, pero lamentablemente no está en nuestra mano, poder hacer más.

El templo de Edfu, casi quemado en su totalidad, está dedicado al dios Orus. El halcón.

Una de las barcas de ofrendas, dentro del templo de Edfu. No os recuerda a Indiana Jones en busca del arca perdida?...

La esclusa, de camino a Luxor. Pasamos justos y tardamos 3 horas esperando a que se nivelara la entrada.

Entrada del templo de Luxor, imponente, precioso, uno de mis faboritos, junto con Karnak con su paseo de las esfinjes.

La Mezquita de Luxor, que en estos momentos está cerrada y en reconstrucción, como el resto del templo, que va a ser ampliado, y van a evacuar, todas las casas y bares de la zona de alrededores, debido a las excabaciones actuales, al igual que el nuevo museo de Luxor.

Uno de los bajo relieves de Luxor, en la estatua de Tutankhamon.

En una de estas barquitas, muy similares a las falucas, cruzamos el Nilo, para llegar hasta los colosos de Nemon y el valle de los reyes, pero antes, nos esperaba el templo de Karnak, la mañana era deliciosa, calurosa, y agobiante, por el corto espacio de tiempo del que disponíamos hasta llegar a el Cairo, pero tengo grabada en la memoria, la imagen del horizonte plagada de globos estáticos, surcando el cielo.

Estaba amaneciendo, como se puede apreciar. Este es el paseo de las esfinjes de Amón Ra, en su presencia de divinidad animal, la cabeza de carnero.


Las impresionantes columnas, del interior del inmenso templo.

Los colosos de Nemon, la parte de atrás, se conserva mejor que la delantera, que es la que observamos, lástima que actualmente no te dejen pasar, pero tiene inscripciones laterales, y la máscara faraónica, se conserva casi intacta.

La peregrinación al valle de los reyes en burro, era algo bastante típico en la antigüedad, actualmente sólo lo hacen los turistas, y la verdad que se tiene que pasar francamente mal, puesto que en esta parte hace un calor terrible, no hay sombras, y el camino es largo.

Maqueta del valle de los reyes, con muchas de las tumbas encontradas, no son todas las que están, pero muestran todas las que son, siguen haciendo excavaciones, y se siguen encontrando tumbas.

Yo visité 3 de ellas, falta el oxígeno, sudas más que afuera a pleno sol, la única ventilación es un ventilador lleno de pelusones, la de Tutankhamon es una de las mejores conservadas.



Desde Luxor, volamos a la ciudad del Cairo, caótica, con más de 30 millones de habitantes, cuando en realidad está preparada para 4 millones.

Es la segunda ciudad más contaminada del mundo después de Pekín. El tráfico es infernal, la suciedad, y pobreza siguen estando a la orden del día, aunque dependiendo de la zona, no está tan acusada como en el sur.

El puente 6 de Octubre, el más largo del mundo, atraviesa todo el Cairo, esta imagen está tomada desde el autobus.
Atasco típico en la ciudad del Cairo, de camino a Giza, donde se encontraba nuestro hotel.

Entrada principal, a la gran pirámide de Keops, no hay palabras para describirlo...su interior es menos claustrofóbico que Kefrén, pero similar, más alto y con un recorrido más largo.

Un simpático transportista de la zona.

Las míticas, Keops, Kefrén y Micerinos, en ese orden de izquierda a derecha.

La preciosa esfinje, con Keops de fondo.

Momumento al soldado desconocido, o a todos aquellos militares que han muerto en acto de servicio y no se sabe quienes son, a que familias han pertenecido.


Las visitas, en el Cairo las hicimos por nuestra cuenta, exceptuando el Cairo de noche. No pudimos hacer todo lo que quisimos, ya que no sólo el tiempo apremiaba, si no que la mala suerte, hizo que el último día nos pusiéramos malos todo el grupo, por culpa de una maldita hamburgesa con huevo... ese dichoso huevo, que se nos olvidó quitar...

La plaza donde comienza el famoso mercado, el Jan el Jalhili.

...Hora de rezar, después de las 6 de la tarde, hora en la que termina el Ramadám y los musulmanes pueden fumar y probar bocado.

...Panadero!!

El mítico museo del Cairo, destartalado y desordenado, actualmente está apunto de inaugarse el nuevo museo, con mejores instalaciones, y ampliado.

La mezquita de Mohamed Alí, o mezquita de Alabastro en la ciudadela de Saladino, toda una odisea para llegar, pero mereció la pena sin lugar a dudas.

El interior de la preciosa mezquita de Mohamed Ali.

El grito de la ciudad, o la hora de la última oración antes de las 6 de la tarde, cuando termina el Ramadám, es cerca de las 15.30 de la tarde, toda la ciudad se paraliza para rezar, y se oye su cántico, en el fondo se aprecia la mezquita de Ibn Tulhun.


Este viaje, se me ha echo especialmente corto, sería necesario volver, para visitar todo aquello, que no da tiempo a ver en el primer viaje, aunque me llevo grandes sensaciones, de este pueblo tan especial.

Hasta la próxima entrada.

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