martes, 1 de junio de 2010

UN NUEVO MIEMBRO


Y en esta ocasión tenemos que hablar de Erik. Mi erizo de tierra africano.

El autóctono, está protegido, por lo que no puede ser un animal de compañía, mientras que los enanos africanos cada vez son más frecuentes en los hogares de todo el mundo.

Curiosos, grandes trepadores, con un olfato infalible y muy fino, estos espinosos juguetones, se ganan el cariño de cualquiera.

El mío es chico y no lleva aún la semana en casa, está apunto de hacer las 6 semanas de vida, y ha crecido un poquito.

Aún es un cachorro, pero está muy muy espabilado... no para ni un instante.

Primero le metí en una caja de plástico de esas grandes para guardar cosas, de los bazares, como si fueran un taper enorme.

La acondicioné y la preparé para su comodidad, pero rápidamente me di cuenta que el pequeño necesita más espacio, y sobre todo cosas con las que entretenerse.

A si que a la espera de poder hacerle yo misma un terrario digno, le he comprado una jaula enorme de hamster. Me he decantado por esta opción, ya que aunque no me gustan las jaulas para los erizos, por lo bien que trepan y que se pueden hacer daño en las patas, estas tienen los barrotes muy juntos, por lo que no hay riesgo de que se pueda atrapar la cabeza entre ellos y ahogarse.

Tiene dos pisos, y le he puesto una rueda para que se entretenga y realice ejercicio. Un cascabel de gato, esas bolas que contienen el cascabel en su interior, y por el momento, no deja de jugar con ello.

He forrado los pisos con foam, para que no corra peligro de hacerse daño en las patitas. Aún tengo que hacer más reestructuraciones, pero la nueva residencia villa erizo me gusta con diferencia más que la anterior y creo que a Erik también.

Me falta encontrar una piedra plana, para pegar el bebedero de pájaros (lo he sustituido por el clásico que tenía, ya que lo tiraba todo y metía las patitas dentro contaminando el agua, el de pájaros grande, le proporciona agua siempre limpia, y al no tener cuello no tiene que inclinarse y hacerse daño o investigar su funcionamiento, como puede resultar con el de los roedores) con silicona de tal forma que no vuelque el bebedero y de paso se afile un poco las uñazas que tiene.

También forraré con más foam las rampitas, ya que se le cuelan las patas entremedias, y me da miedo.

Trepa por la jaula, y se tira de un piso a otro como Sonic, el erizo de los videojuegos... pero eso me preocupa menos, ya que no se hace daño por las puas, y al trepar en vertical lo único que le pasa es que pierde el equilibrio y cae puas abajo.

Os dejo algunas fotos, y espero contaros más peripecias de mis pequeños.

Por cierto, Pol ya usa su rueda, y se lo pasa en grande.










Hasta la próxima blogueros.

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