El caos de sus calles, su fatídico tráfico, su playa, su río, su capuchino.
En Septiembre del pasado 2007, me dejé caer, alojándome en la calle, Alexandro Volta nº 5, en pleno ático, en el barrio de Pirámide muy cerca del Coliseo, el circo Máximo y los foros.

El techo de la Capilla Sixtina con la obra maestra de Miguel Angel, o su visión del Génesis. Borrachera de arte es el calificativo que le puedo dar a los museos del Vaticano, todo ello fraguado para llegar a la recompensa final, tras el peregrinaje a la Capilla.
La maravillosa Fontana de Trevi, tremenda, escondida entre callejones y edificios, cuando te vas acercando escuchas el murmullo de la gente y el del agua. La primera impresión es espectacular. Semejante obra en un sitio tan escondido. Un consejo, para quién no la haya visto y tenga intención de hacerlo, por favor, vedla de noche, no lo olvidareis.
Estas son las laberínticas catacumbas de San Sebastiano, existen unas cuantas en Roma, que llegan a alcanzar km y km en plena Vía Antica, son cementerios Cristianos, donde estos además, los cristianos, celebraban su ritual de eucaristía, muchas leyendas se han cernido al respecto, pero lo cierto, es que los emperadores eran totalmente conocedores de estos lugares, y no hacían otra cosa que respetar estas construcciones, lejos de lo que aún algunos historiadores mantienen, que eran las guaridas de los perseguidos cristianos. En el interior de estas catacumbas se pueden observar multitud de símbología pagana.
El Coliseo, el expectacular Coliseo, el saber que estas sobre piedras con más de dos mil años, es sobrecogedor, ver el interior, y la técnica con la que subían a las bestias a la platea para que los gladiadores lucharan con ellas, imaginar un espectáculo similar y pensar, ¿donde se sentaría el emperador? cuanta sangre ha bañado estos suelos...


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